El capitalismo vuelve a mordernos a todos en el trasero

No ni crean que me he olvidado de este blog, es solo que no he tenido nada interesante que poner. Ahorita me acordé de algo que me pasó en un supermercado de mala muerte hoy por la tarde y quisiera compartilo con ustedes, pero sere tan breve como pueda porque son las 3 am.

Y es que es en serio lo que les digo, somos las victimas del capitalismo en su máxima expresión. Olvidense de los efectos de las tasas de interés en los porcentajes anuales de elevación de tipo de cambio, o de la fluctuación de las bolsas de valores amarradas a lo que varios viejitos en Suiza ganan en sus bancos, y todas esas jaladas que hemos aprendido duramente con los años. Yo me refiero a cosas que, pues de plano que afectan aca, a la raza que sufre cada día, va al trabajo, y aspira a realizar sus compras en un supermercado.

Solo imaginen lo que debio ser vivir en la Unión Soviética, o hasta en la Alemania Oriental. Esas personas no tenían elección que hacer. Iban y veían una marca para cada cosa, y un tipo de cada necesidad. Nada de diferentes presentaciones, tamaños, olores y colores. Nada de "castaño cobrizo rojizo" o "toallas femeninas con aloe, florecitas y colores brillantes", que claro son totalmente diferentes a las que tienen solo aloe y florecitas, por lo que se justifica que cuesten cinco pesos más.

Sí, maldito capitalismo...